Una desgracia, el Elemento Vital ha sido usurpado. Así se lamenta una de las doce deidades. Un simple mortal, Demon, no fue otro que el intermediario para que los mortales pudieran obtener esta joya de la vida que tanto resguardaban los dioses.
El cielo está abierto a la mitad. Desfila una centella de colores en el firmamento. Verde, amarillo, violeta, rojo, azul, naranja y cian; Demon se prepara para su castigo.
—Te hemos dado una parte nuestra para impulsar tu pueblo sumido en la escases, ¿y así nos pagas?
Esa energía, ese Elemento Vital que estaba materializado en una gran roca, debía ser devuelta a los dioses el día que la luna opacó al sol. En aquel día, la Gran Deidad del Fuego volvió a sus aposentos con una réplica del Elemento Vital. Es ahora que Demon tiene a escasos metros sobre sí, a la Gran Deidad del Hielo, la mayor manifestación de frivolidad del ser.
La réplica impacta a los pies de Demon causándole un daño nulo.
—Has burlado a los dioses. ¡Imperdonable! Ni la muerte alcanzará para solventar tu castigo.
Demon es muy devoto a los dioses, sobre todo a la Gran Deidad de la Oscuridad, quien le ha entregado en persona el Elemento Vital. Sin embargo él no ha cumplido con su trato, este ha devuelto una réplica, y de alguna forma debe de remediarlo. En este momento la Gran Deidad del Hielo arde en deseos de venganza arrojándose contra él.
La existencia de Demon está en cuenta regresiva. Al momento de recibir el impacto, al momento de recibir en sus carnes la furia de esta deidad, probablemente todo acabará.
—¡Disparen!
La Gran Deidad del Hielo, es disturbada por una lluvia ascendente de proyectiles plateados. La deidad se parte en pedazos. Demon suspira en alivio, se permite caer de espaldas sobre el suelo.
—¡Restan once! Ni siquiera tuvimos que emplear los puños. Líder Demon, ¿está usted bien?
Son los "Cazadores de Dioses", un grupo de civiles encargados de proteger y eliminar cada fuerza sobrehumana que presente la naturaleza. Estos cazadores, son conscientes que las deidades, sin el Elemento Vital, son como los mortales sin anticuerpos. Sin el Elemento Vital, todos los dioses tienen alguna debilidad elemental.
Demon se pone de pie, realiza un gesto de aprobación a sus colegas, los mortales.
—Bien. Encárguense de fragmentar al enemigo en mil pedazos hasta modificar el estado de la materia—. ¿Cómo está mi hermano?
Marcus, hermano de Demon, había sido advertido por éste que no tuviese contacto con los dioses. Demon temía que su hermano se encontrara con los dioses y fuere engañado con facilidad, por ende, mandó a aislarlo encerrándolo en las Cuevas de Acsibi hasta que cada una de las deidades fuera aniquilada.
—¡Pandora! ¿Qué haces en este lugar? —Pregunta Marcus— ¿Has venido librarme?
—Algo así —dice ella—. Tu hermano ha robado algo muy preciado a los dioses. ¿Lo sabías? El Juez Universal está furioso con él.
Pandora, prácticamente era el Caballo de Troya para estos dioses. Si las deidades querían vengarse de los humanos, Pandora era el camino.
—¿Sabes?, lo que él robó y entregó a los mortales no es más que una mitad de la energía. Mira lo que yo también he hurtado a las deidades. ¿Quieres poseer la otra mitad?
En tanto Pandora propone como liberar a Marcus, los Cazadores de Dioses se aproximan hacia el mismo lugar.
—¿Cómo es posible que no han advertido el peligroso lugar donde a Marcus han encerrado? —se queja Demon a sus compañeros cazadores, corriendo a más no poder.
Acsibi es un lugar conocido por sus colores rojos intensos como el fuego y a la gran cantidad de rayos que allí caen en días de tormenta. Eso significa sólo una cosa. Las Deidades del Fuego o del Rayo podrían aparecer con mayor facilidad en esa área.
—¡Pandora! ¿Qué haces en este lugar? —Cuestiona agitado— ¿Dónde está mi hermano?
—Mmm, ¿no lo sé? ¿Si no lo sabes tú?
—De en serio Pandora. ¡Dímelo ahora!
—Está bien, está bien. No seré yo quien se encargue de liberar los males. Se halla en aquella cueva.
Cuando Demon se aproxima hacia el sitio indicado. Uno de los civiles acompañantes lo detiene.
—¡Espera! Lo que dice no es verdad. No sé si ese sea el camino para liberar a Marcus. La presencia que hay allí dentro, se percibe como una calamidad.
Demon se detuvo ante la advertencia, giró y con cierta rabia a Pandora observó.
—¡Pandora! —Grita—. ¿Nos crees idiotas? ¿Qué hay allí dentro?
No hay tiempo para explicar. Unos truenos invaden el sitio sorprendiendo tanto a Pandora como a Demon y los civiles.
—¡La Gran Deidad del Rayo! ¿Qué haces en mi hogar? ¿Dónde está mi padre?
En este momento Demon descubre que el hogar tanto de Pandora como también la Gran Deidad del Fuego, es este.
Unas nubes se materializaron en un ser incorpóreo. Una velocidad que supera el sonido impide ver que esta deidad descendió hasta la par de sus rostros.
Pese a las insistencias de Pandora, la deidad no tenía intenciones de dialogar. Sus planes eran tomar el Elemento Vital que Demon había repartido entre los hombres.
—¡Ataquen! —grita un civil.
La lluvia de proyectiles plateados no logra acertar con el objetivo. Esta Gran Deidad del Rayo, ahora se digna a hablar.
—Tu padre, sobrina Pandora, era un estorbo. Agradezco a Demon y los mortales también por aniquilar a mi otro hermano. Aun así, ¿creen que sólo basta con cambiar el estado de la materia para finiquitar a una deidad? Escuchen. Una deidad sólo puede ser aniquilada por otra deidad. Y a la Gran Deidad del Hielo, me encargaré yo de darle el golpe de gracia, antes de su regeneración.
Con la Gran Deidad del Fuego fuera de juego, y posteriormente lo mismo con respecto a la Gran Deidad del Hielo, ahora la Gran Deidad del Rayo reinará sobre deidades y mortales al apropiarse del Elemento Vital.
Pandora teme al conflicto que se viene, esta rebelión supera la misión por la que el Juez Universal la ha enviado. «¿A dónde vas?», el Gran Dios del Rayo se abalanza sobre ella cogiéndola del cabello, arremetiendo con violencia a los demás en su paso.
—Disparen —grita Demon desde el suelo.
La mujer ha funcionado como una efectiva distracción contra el dios, el impacto tuvo acierto en dar al objetivo. Pandora mientras tanto, fue afortunada de recibir apenas raspones de las balas de acero.
Los autoproclamados Cazadores de Dioses, dialogan sobre qué tipos de deidades vendrán. «Balas de Plata», menciona uno de ellos, «Balas de Plata es suficiente si los próximos son las deidades de la Luz o de la Oscuridad».
—¿Qué les he dicho? —La Deidad del Rayo es reconstruida—. Una deidad no puede ser aniquilada por un mortal.
Esto genera malestar entre los cazadores y Pandora, su fin está cerca si no pueden abatir a este dios. Demon no pierde su ímpetu. «Con una bala dorada, la mejor de mi arsenal, será suficiente», planea. Aunque también prefiere que sean los mortales quienes tengan el gusto de aniquilar a un dios.
Este titán dispara su bala dorada, logrando dañar ahora más fuerte al dios. Instante posterior, la deidad vuelve a regenerarse.
—El hecho que ustedes posean el Elemento Vital no nos iguala, sobretodo, si yo también mantengo unas reservas, de mi Elemento Vital —vocifera el dios.
La solución es sencilla, eliminar la energía de este Dios Rayo para así rebajarlo al nivel de un mortal.
Por la constitución de este ser, Demon podía interpretar cuales Elementos de la Naturaleza le sería útil para aniquilarlo. Pues los humanos creían que con portar una herradura de acero, eso bastaría para todas las deidades, ya ven que no. El metal podría funcionar con las Deidades de la Luz, el Hielo o hasta la Oscuridad, pero sus balas no han funcionado ante la Deidad del Rayo. Demon pensaba la estrategia mientras tanto Pandora se aproximaba hacia la caverna que había incitado a Demon abrir.
«¡La Tierra, eso es efectivo!», piensa el titán. Ya no hay tiempo para planear como dominaría ese elemento, la deidad se abalanza con una acometida hacia él.
Los mortales atacan con sus armas de fuego, saben que si de casualidad dañan a Demon, este se regeneraría con su Elemento Vital. La Deidad del Rayo evade cada uno de los disparos, arremete contra los hombres de Demon pero…
—¡Se resiente! ¡El dios del rayo se resiente! —se jacta a gritos Pandora.
Tras ella estaba la liberación de todos los males, Marcus. Éste había absorbido la Antimateria, el otro cincuenta por ciento de la energía robada a los dioses, la fuerza opositora del Elemento Vital que ha traído Pandora. A partir de este punto, Marcus y los presentes eran simples humanos vulgares, incluida la deidad.
—¡He cumplido! Ahora la Deidad del Rayo, es mortal. Y ustedes también lo son —ríe a carcajadas Pandora.
Pandora se retira para encontrarse en el Reino de las Deidades con el Juez Universal, Demon no tiene tiempo de retenerla, debe de encargarse de sus heridas que ya no se regenerarán mientras que el resto de los Cazadores de Dioses deben finiquitar a esta deidad eléctrica que yace en agonía.
En cuanto la deidad deje de ser, los Cazadores habrán cumplido su objetivo y podrán buscar la forma de ayudar en las heridas a Demon que se desangra en la tierra. Un portal se abre frente a todos estos mortales, ¡la Deidad de la Oscuridad!
Con sus balas de plata, los humanos pretenden atacar a esta forma uniforme, asimilando que de otra forma esta otra deidad acabaría con la vida de Demon.
—¡Deténganse! —Balbucea Demon—. Esta deidad no viene a atacarme, pueden dejar caer sus armas.
Sus colegas sin entender una palabra, obedecen al pedido de su líder ante la presencia de esta entidad proveniente del mismísimo inframundo.
—Acaban de aniquilar a un dios, tal acto osado y rebelde debe ser castigado con el descenso al infierno. Lo que mi padre viene a buscar, es a ustedes.
FIN.
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17 de febrero de 2019.